martes, enero 01, 2013

A la puerta del Paraíso. (Ambrose Bierce)

(Microrrelato perteneciente al libro "Fábulas fantásticas".)
Irguiendose de la tumba, una mujer se presentó a la puerta del Paraíso, y golpeó con mano temblorosa.
-Señora.-dijo San Pedro, levantándose y acercándose a la ventanilla.-¿De donde viene?-
-De San Francisco.-respondió la mujer, avergonzada, mientras grandes gotas de sudor brillaban en su frente espiritual.
-¡No importa, mi buena muchacha!-contestó el santo, compasivamente. –Ka esternidad es un tiempo largo; terminarás por olvidar.-
-Pero eso no es todo.-la mujer estaba cada vez más turbada.-Yo envenené a mi esposo…yo descuarticé a mis niños, yo…-
-Ah,-dijo el Santo, con súbita severidad.-tu confesión sugiere una grave posibilidad. ¿Eras miembro de la asociación de mujeres de prensa?-
La mujer se irguió y replicó con entusiasmo:
-No.-
Las puertas de madreperla y jaspe giraron sobre sus goznes de oro, produciendo la música más cautivadora, y el santo, haciéndose a un lado, hizo una reverencia, diciendo:
-Entra, entonces, en tu eterno descanso.-
Pero la mujer vacilaba.
-El envenenamiento… el descuartizamiento… el… el…-tartamudeó.
-No tienen importancia, te lo aseguro. No vamos a mostrarnos rigurosos con una señora que no pertenecía a la Asociación de Mujeres de Prensa. Toma un arpa.-
-Pero… yo solicité el ingreso… Me pusieron bolilla negra.-
-Toma dos arpas.-
BWAHAHAHAAAHA!

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