miércoles, abril 25, 2012

Sexo, mentiras y religión, siempre de la mano.

Un ama de casa recibe a su amante durante el día mientras su esposo está en el trabajo. Sin ella saberlo, su hijo de 9 años se esconde en el armario.Inesperadamente, su esposo llega a casa y ella esconde al tipo en el Armario.El pibe ahora tiene compañía y se produce el siguiente diálogo:
El pibe: Está oscuro.
El amante: Sí lo está.
El pibe: Tengo un tubo de pelotas de tenis.
El amante: Qué bien.
El pibe: ¿Me las querés comprar?
El amante: No, gracias.
El pibe: Mi papá está afuera.
El amante: Está bien, ¿cuánto querés?
El pibe: 250 mangos.
Semanas después ocurre lo mismo, y el pibe está en el armario otra vez con el amante:
El pibe: Está oscuro.
El amante: Sí lo está.
El pibe: Tengo una raqueta de tenis.
El amante: ¿Cuánto querés?
El pibe: 750 mangos.
El amante: Ni en pedo pibe, gracias.
El pibe: Mi papá esta afuera, ¿pagas ó grito?
El amante: Está bien. Pero quédate calladito.
Días después, el papá le dice al pibe: Agarrá la raqueta y pelotas que vamos a jugar al tenis.
El pibe: No puedo papi. Las vendí.
El papá: ¿Pero? ¿cómo?? ¿Y por cuanto las vendiste??
El pibe: 1000 mangos.
El papá: Eso es terrible, no debes de cobrar de más a tus amigos. Eso es más de lo que esas cosas valen. Te voy a llevar para la iglesia para que te confieses.
Van para la iglesia y el papá le explica al sacerdote lo que pasó y manda al pibe para el confesionario y cierra la puerta.
El pibe: Está oscuro.
El cura: No empecés a romperme las bolas otra vez.
BWAHAHAHAAAHA!

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